Sara, un desafío y una lección

Hoy les comparto un estudio sobre la mujer hebrea de quien desciende el pueblo de Israel. Se trata de Sara, la esposa de Abraham, la madre de multitudes tal como Dios les prometiera. Su historia es en sí misma un desafío y una lección de fe.

Su nombre era Sarai, pero Dios la separó junto a su esposo Abram- luego llamado Abraham- para un propósito que sobrepasaba su capacidad humana de entendimiento, y con ello le otorgó un nuevo nombre. Sara y Abraham serían los padres de una descendencia numerosa como la arena del mar (Génesis 32:12) pero había un detalle, eran ancianos y Sara estéril.

Aquí vemos dos obstáculos desde el punto de vista humano. Sara tenía 90 años mientras que Abraham tenía 100, la Biblia además subraya otros dos detalles: a Sara le había “cesado la costumbre de las mujeres” es decir su periodo menstrual, lo que significa que ya no era fértil. Pero por si esto fuera poco, Sara había sido estéril.

Dios la hizo a ella parte un plan gigante en el que ella era la madre de multitudes, pero Sara veía su esterilidad y desechaba la promesa divina. Dios le indicó a Abraham lo siguiente:

Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamaras su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con el como pacto perpetuo para sus descendientes después de el. Gn 17:19Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de el. Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?  Gn. 18, 12

Vemos como Sara, claramente duda del plan de Dios, pero también comete otro error, se ríe.

Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. Gn. 18: 13-15.

¿Cuántas veces te has reído del plan de Dios para tu vida? Quizá como Sara, te has reído “entre sí” o tal vez te has atrevido a reírte en voz alta, proclamando tu incredulidad. Jehová reprendió a Sara por reírse, pero cumplió la promesa de todas formas. Porque por encima del pensamiento limitado de los hombres se halla el poder ilimitado de Dios.

De la historia de Sara, que debo decir es una muy cerca a mi corazón porque comparto nombre con este personaje, aprendemos:

***Dios tiene un tiempo preciso y siempre está en control. Sarah y Abraham pensaban que eran muy viejos para ser padres, Dios en cambio sabía que aquel era el momento propicio.

**No hay nada difícil para Dios. Que Dios mismo te diga que no hay nada difícil para él debe ser algo así como la cura de la incredulidad en tu vida. Sara, quien cómo nosotros cometió sus errores fue bendecida no solo con estirpe sino con una lección de fe sin precedentes que a su vez heredó a su numerosa

Estos tiempos en los que estamos viviendo, son sin duda difíciles. Naturalmente, tu fe puede tambalear, pero si eso sucede, no te rías. Por favor, no mires la situación a tu alrededor y determines que es muy grande para tu Dios, confía, recuerda que la fe es la convicción de lo que no se ve. La esterilidad de tu espíritu será cortada. Vas a florecer.

¡Que Dios te bendiga, hasta la próxima!

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